Historia
Desde los inicios de la humanidad, las personas han utilizado diferentes métodos de higiene bucal para mantener la boca lo más limpia posible. Aunque estos métodos fueran bastante primitivos y causaran poco efecto, podemos observar que la higiene bucal ha sido un factor que siempre ha preocupado. Hasta el punto de que el curso de protesis dental y el curso de FP higiene bucodental sea uno de los más solicitados en España ahora mismo.
Los seres primitivos usaban diferentes formas para limpiar su cavidad bucal:
Dedos y uñas
Fibras vegetales
Ramas y hojas
Palillos de madera o metal
Base de las plumas de aves
Púas de puercoespín
Espinas de pescado
Huesos y cartílagos de animales
Caparazones de moluscos
Todo esto eran herramientas que tenían para quitar la comida de los dientes, aunque no hay que olvidar la técnica primitiva que probablemente más se acerque al cepillo de dientes moderno: con un trozo de tela, frotar dientes y encías.
En civilizaciones más modernas, por ejemplo la árabe, usaban una palmera denominada areca con cuyas ramas conseguían retirar los restos de alimentos de los dientes, teniendo además doble efecto ya que las substancias que tenía este árbol se utilizaban como dentífrico.
Pero la primera constancia que se tiene de un cepillo de dientes tal y como lo conocemos ahora es del imperio chino, en 1498. El emperador chino Hongzhi ató en la punta de un hueso pelos de cerdo salvaje.
Mucho más tarde cuando se descubrieron las bacterias y gérmenes que había en las cerdas se empezó a promover la costumbre de esterilizar los cepillos con agua hirviendo.
Tipos de cepillos
Los cepillos han ido evolucionando y con ello se han hecho muchas variables de estos instrumentos, cada cual se adaptándose a unas necesidades concretas.
Cepillos convencionales: suelen estar formados por 3 o 4 filas de cerdas y son los que se utilizan normalmente, ya que son los más económicos y cumplen perfectamente su función.
Cepillos eléctricos: estos cepillos acostumbran a tener 3 movimientos autónomos, horizontal, alternado, vertical arqueado o vibratorio. Es un cepillo especialmente recomendado para gente con alguna deficiencia física o mental ya que la forma de utilizarlo es muy similar tanto si eres tu el que se cepilla los dientes como si te los cepilla otra persona.
Claro está que tanto los cepillos convencionales como los eléctricos modernos tienen sus ventajas y desventajas.
Convencionales
-Ventajas:
Es mucho más barato que el cepillo eléctrico
Es más fácil de encontrar en cualquier establecimiento
Es muy fácil de transportar debido a su reducido tamaño y al hecho de que no necesita estar enchufado ni usar batería
Se controla más fácilmente la presión que se ejerce sobre los dientes y encías
Es el más indicado para enseñar a los niños a limpiarse los dientes.
-Desventajas
Es mucho más trabajoso
Es más difícil controlar la calidad del cepillado
Resulta más difícil llegar a todos los lugares de la boca
Eléctricos
-Ventajas:
Al ser más largo es más manejable y como tiene un cabezal más pequeño puede llegar a más lugares de la boca
No se necesita tanto esfuerzo
Los más modernos tienen temporizadores y sensores para optimizar tu limpieza bucal
-Desventajas
Son mucho más caros que los tradicionales
Resultan mucho más difíciles de transportar debido al tamaño y la necesidad de electricidad.
No se encuentran en todos los establecimientos
Según la dureza
Las cerdas de los cepillos tienen diferentes durezas la cual tienes que elegir la que mejor se adapte a tus necesidades, tanto si se trata de cepillos manuales como si se trata de cepillos eléctricos.
Duros: son los que tienen las cerdas más fuertes y rígidas. Son los más recomendables para bocas sanas y bien cuidadas, puesto que tienen menor sensibilidad tanto en dientes como en encías. Con estos cepillos no es aconsejable ejercer mucha presión puesto que pueden dañar más fácilmente la boca.
Medios: son los que utiliza la mayoría de las personas si tienen una buena salud bucal pero no tienen la boca suficientemente fuerte como para aguantar la presión de un cepillo con las cerdas duras.
Suaves: son los más recomendables para la gente que tiene problemas en su salud bucal como gingivitis o enfermedades temporales que imposibilitan el uso de un cepillo medio y mucho menos uno duro.
Por otra parte hay cepillos especiales para diferentes situaciones en las que también es muy importante la dureza de las cerdas:
Para niños: son cepillos con un cabezal más pequeño, para que sean más manejables en la boca y suelen ir acompañados de llamativos diseños para que a los niños les resulte más lúdico limpiarse los dientes. Por otra parte estos cepillos suelen ser levemente más suaves que los cepillos suaves normales puesto que están hechos para dientes de leche.
Postcirugía: son cepillos especialmente fabricados para usarse después de alguna cirugía bucal que deje más sensibilizada dicha zona.
El uso y diferencias de los diferentes tipos de cepillos se encuentran mucho mejor explicados en el curso de higienista dental.